Intentando cambiar la narrativa, Alejandro “Alito” Moreno, dirigente nacional del PRI, encabezó una desangelada marcha hacia el Senado apenas unas horas después de haber atacado directamente al expresidente de la Cámara Alta, Gerardo Fernández Noroña, durante la última sesión de la Comisión Permanente.

El problema: apenas logró juntar a una decena de personas, casi un club de fans.

Lejos de verse como un acto de fuerza, el paseo de “Alito” lució desangelado y hasta caricaturesco.

El episodio, que algunos medios intentaron minimizar como una “trifulca”, fue en realidad un acto de violencia en el que Moreno, acompañado por legisladores priistas, interrumpió los trabajos parlamentarios y agredió fisicamente a Noroña y otros trabajadores del Senado.

Tras el ataque, el presidente del Senado anunció que presentará una denuncia penal ante la FGR y promoverá el desafuero de Moreno y de sus correligionarios Erubiel Alonso Que y Carlos Gutiérrez Mancilla, quienes participaron en la embestida.

Sin embargo, y de mostrar autocrítica, Moreno se sumó este lunes a la movilización en Paseo de la Reforma rumbo al Senado, donde busca presentarse como víctima, pues incluso aseguró que fue el senador de Morena el que inició los ataques.

“Vamos a asumir como es y no tengan duda, no hay nada, ahí está acreditado y seguiremos trabajando por nuestro País”, declaró.

FOTO: MARIO JASSO/CUARTOSCURO.COM

Durante su mañanera de hoy, la Presidenta Claudia Sheinbaum comparó la conducta de Moreno con la de un porro, señalando que la violencia no tiene cabida en la vida democrática. En respuesta, el líder priista respondió acusando al Gobierno de polarizar el país, mientras intentaba desmarcarse de la agresión cometida apenas un día antes.

Con información de Polemón