En los últimos años, el empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego ha acaparado la atención mediática debido a su constante rechazo a cumplir con sus obligaciones fiscales ante el Sistema de Administración Tributaria (SAT). A pesar de sus intentos por evitar el pago, la situación ha escalado, llevando su deuda total a una asombrosa cifra de 4 mil 353 millones de dólares.

Según informes recientes de Grupo Salinas, la deuda con Hacienda ha aumentado a 7 mil millones de pesos (aproximadamente 376 millones de dólares), además de una deuda acumulada de 74 mil millones de pesos (alrededor de 3 mil 977 millones de dólares). Esta cantidad se asemeja a la inversión de Estados Unidos en armamento para Israel, que ronda los 4 mil millones de dólares solo en marzo pasado.

La deuda que enfrenta Salinas Pliego se remonta a más de 16 años y ha estado marcada por múltiples litigios en materia fiscal. A pesar de haber interpuesto amparos y recursos legales, el empresario ha experimentado varias derrotas en tribunales, lo que lo obliga a saldar su deuda sin éxito hasta el momento.

La negativa de Salinas Pliego a cumplir con sus obligaciones fiscales ha llamado la atención incluso de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha instado al empresario a regularizar su situación. Actualmente, enfrenta al menos 32 pleitos legales, llegando hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La magnitud de su deuda no solo representa un desafío legal, sino que también pone de manifiesto las preocupaciones sobre la responsabilidad fiscal de los grandes empresarios en México. A pesar de presentarse como un multimillonario que ha alcanzado su fortuna a través del esfuerzo, se recuerda que Salinas Pliego heredó una empresa familiar, Elektra, que ha sido objeto de críticas por sus prácticas comerciales.

La situación continúa desarrollándose y plantea preguntas sobre la equidad en el cumplimiento de las obligaciones fiscales entre los más poderosos del país.