Recorrido en el Rancho Izaguirre: No hay hornos ni evidencia de exterminio

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Alrededor de las 2 de la tarde, un grupo de periodistas de diversos medios nacionales y locales realizamos un recorrido en el rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, donde se presume que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) habría operado un centro de exterminio, entrenamiento y reclutamiento. El recorrido comenzó en las puertas del rancho, donde se sospecha que el grupo criminal pudo haber incinerado cuerpos y reclutado jóvenes para integrarse a sus filas.

Al ingresar al rancho, los periodistas encontraron construcciones básicas, como algunos cuartos y una bodega en obra negra. Durante el recorrido por el terreno, se observaron llantas enterradas en el suelo, que probablemente fueron utilizadas como obstáculos para entrenamiento físico. Además, en una de las bardas del rancho se identificaron impactos de bala, aunque no se encontraron rastros de sangre o signos evidentes de enfrentamientos recientes.

Sin embargo, un detalle clave llamó la atención de los asistentes: en ninguna parte del rancho se hallaron hornos o fosas que sugirieran la posibilidad de una incineración masiva de cuerpos. Tampoco se encontraron rastros o evidencia concreta que confirmara la práctica de exterminio en el lugar, lo que contradice algunas versiones previas sobre las actividades del cártel en la zona.


A pesar de que las instalaciones y el entorno sugieren que el rancho podría haber sido utilizado para el entrenamiento de miembros del cártel, las evidencias encontradas no sustentan la hipótesis de un centro de exterminio masivo. La ausencia de hornos o restos humanos refuerza la idea de que, aunque las actividades criminales sí pudieron desarrollarse en el rancho, las afirmaciones sobre el exterminio masivo carecen de fundamento.

Este recorrido deja abierta la posibilidad de que el Rancho Izaguirre haya funcionado como una base de operaciones o centro de entrenamiento para el CJNG. No obstante, las pruebas que pudieron advertirse en el recorrido no confirman las versiones más extremas sobre ejecuciones masivas, lo que obliga a las autoridades a continuar con las investigaciones para esclarecer los hechos.